domingo, 28 de junio de 2015

Chris Squire


Maestro.

Ayer se fue un grande. Fue el bajista de Yes desde sus principios, y fue el único miembro que estuvo siempre en la banda. Parado entre monstruos, virtuosos de un estilo clásico, logró imponer un ritmo agresivo pero armónico, con la complejidad que conlleva hacerlo sin meter más que las notas justas. Siempre me llamó la atención cómo podía sobresalir un bajo entre esos arreglos complicadísimos de guitarra y teclados.

Y aunque no vaya a tocar más para nosotros, esta vez no me siento triste. Entre Facebook, noticias, blogs, noté que hubo muchísima gente joven comentando sobre el asunto. Gente como yo, en sus veintitantos, o más chicos todavía, que en algún punto de su vida escucharon esta música y sintieron algo especial. Cuando los fui a ver hace unos años, me chocó la cantidad de chicos que salieron del Luna entre lagrimones. Yes es una banda vieja, tiene casi 50 años, y aún así todavía sigue generando emociones como lo podía hacer en los setentas, quizás las mismas emociones que les causó hasta a nuestros padres, o más fuertes.

No estoy triste porque sé que si tanto tiempo después este sonido sigue tan vigente, es porque va a seguir estándolo por mucho. Chris va a seguir sonando, su bajo seguirá retumbando el piso por décadas, o más. Y quizás, en algún punto, ese tipo que se encargaba de no dejar que los clásicos se fueran por las ramas, va a terminar siendo considerado un exponente de otra época dorada de la futura música clásica.

Ojalá eventualmente todos los que puedan disfrutar de su música lleguen a conocerlo. Este es mi pequeño aporte para que pase. Suerte a donde sea que vayas a tocar, Chris, gracias por todo.



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