sábado, 15 de octubre de 2011

Eric Clapton



Clapton es Dios.

Ayer tuve la suerte de asistir a uno de los mejores recitales a los que vaya a ir jamás. Es Dios, chicos, es Dios. No se puede tocar tan lindo la guitarra. Dio una clase de primera a no sé cuántos miles de personas. Y los estúpidos imberbes lo chiflaron.

Nadie entiende nada. El tipo llegó, tocó los temas que correspondían y se fue. Sin pretensiones. Sin necesidad de quedar bien. Y el recital fue increíble. Es verdad, podría haber sido mejor. Podría haber durado más que una hora y media. Podría haber tocado todos los temas que queríamos. Pero hubiera sido demasiado. Nuestros oídos no están listos. En lo que duró, el tipo con ¡66! años hizo mucho más que lo que podría hacer cualquier otro músico. No sean desagradecidos y dense cuenta que vieron, quizás por última vez, al uno de los mejores guitarristas de la historia.

No es solo lo bien que toca. Es también cómo lo toca. El tipo es la definición de buen gusto. Argh, no sé, es como que todo músico debería aspirar a sonar así de claro, así de emotivo. A los mismos que lo chiflaron cuando se fue, los vi llorando en los solos de varios temas. Muy cierto es lo que me dijeron, que este hombre es seguramente el mejor intérprete de todos. Lo que toca lo convierte en oro. Todos sus temas son hermosos. Todos sus solos fueron únicos.

Bueno, ya saben que disfruté mucho lo de ayer jaja. Clapton la descosió y su banda también, y quiero agradecerles. Ojalá pueda seguir tocando por muchos años. Thank you!

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